jueves, 18 de enero de 2007

Christian Alvarez



“EL QUE TERMINA SOLO”

Que nadie se engañe. El tipo que quiere estar solo, termina solo. Yo digo: ¿con qué necesidad alguien estando en un lugar público hace de una mesa su lugar privado? ¿Por qué se priva del resto de la humanidad?
Yo no tengo por qué meterme en la vida de nadie, pero... mira vos... observalo, se regodea en su cubil, su cubo, en su cuadrado de cuatro patas.
Las historias, historias son... pero ¿Por qué no escuchar esas historias? Y entender que otros seres humanos quedaron atrapados en cuadriláteros como ese... y sabiendo de sus experiencias ¿por qué no tratar de ser parte de un todo, de un todo circular, atmosférico?...
Tal fue el caso de ANTONIO. Antonio se empecinó en esperar solo y tanto lo hizo que desapareció. En realidad no, no desapareció físicamente, quiero decir, si vas al bar que el frecuentaba él está ahí, exactamente en el cuadrilátero de siempre... pero sin nada, sin él. Sucede que esa tarde tenía una cita con una señorita. Llegó como siempre, un poco más ansioso tal vez y bien afeitado. Se sentó allí, pidió un cortado... Sus manos transpiraban resbalando cada partícula de materia y claro se desvaneció... Es decir, se sentó, pidió el cortado, lo tomó como siempre... en realidad no, no lo hizo como siempre. Tampoco entró como siempre sino para siempre... Esa tarde era ella la que venía, era ella la de la cita, nada tenía que interferir. Por eso entró en el bar con el único objetivo de esperarla... Se olvidó del olor a cafés que lo recibía al entrar, se olvidó de asentir con la cabeza las miradas de bienvenida de los parroquianos, se olvidó del: - buenas Antonio, ¿cómo va hoy? – Ni siquiera se detuvo en su mano con gesto cariñoso sobre la espalda de Luis el mozo. No le importó compartir y discutir los resultados de la fecha... Se sentó recibió el cortado, lo tomó con las últimas partículas de su mano, no registró ni el sabor, ni la temperatura, tanto no registró, tanto se olvidó entre esas cuatro líneas donde apoyaba sus codos que cuando ella entró... no lo vio.

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